lunes, 2 de noviembre de 2009

EMPECEMOS POR CALI

Ciudad de nuestros amores, infancias y antepasados, Cali se estanco durante más de  10 años en su desarrollo urbano. El último mandatario local que se realizó las obras de infraestructura que la ciudad necesitaba fue Mauricio Guzmán, y sin embargo fue este mismo quien la sumió en una crisis de la cual no se ha recuperado. En un irresponsable manejo fiscal, Guzmán endeudo a la ciudad para realizar estas obras y salió envuelto en acusaciones de corrupción. Antes de él, Cali tuvo su ultimo buen Alcalde, el médico Rodrigo Guerrero, quien hoy lidera el proceso de Vallenpaz. Después de Guzmán, la cosa fue en picada. Los “malos” se tomaron el despacho del mandatario y entre Cobo, Rodriguez, y Salcedo no hicieron más que mirar para otro lado mientras las oscuras fuerzas que por años han ejercido poder en Cali manejaban el poco presupuesto que quedaba y se repartían el botín como rapiñas. A la par, la desidia de la clase dirigente capacitada ha sido nefasta con la ciudad.

El alcalde actual, Jorge Ivan Ospina parece llevar un halo de esperanza al cual responden los caleños. Su popularidad es alta y la gente parece identificarlo como un hombre serio, honesto y trabajador al cual precede una buena labor al frente del Hospital Universitario. Gran parte de este ambiente positivo se debe a la puesta en marcha del Mio. El programa bandera de la actual administración son las 21 Megaobras por un valor de 862 mil millones de pesos (aproximadamente 450 millones de dólares). Estas son más de 21 y algunas no son megaobras, son elementales proyectos de infraestructura que debe hacer toda ciudad para mantenerse al tanto de su crecimiento demográfico y el cambio de los tiempos. Puentes, parques, vías y escuelas son el grueso de este paquete que debieron haber sido realizadas hace años. La ampliación de la vía al mar hasta el peaje ambiental debía haberse hecho al tiempo que la ampliación y adecuación que realizo Invias del peaje en adelante, hace ya más de 10 años. El hundimiento de la Avenida Colombia y el parque de Rio Cali suenan desde que tengo uso de memoria. Varias de estas obras se enfocan de manera acertada en consolidar la estructura urbana del oriente de la ciudad, que es la zona de mayor crecimiento y pobreza.

El Alcalde se la está jugando por la vía de valoración para sacar adelante estas obras y todos debemos apoyarlo. Es cierto que hay pequeñas precisiones que hay que corregir pero la consecución de estas obras no da espera y la valorización es la única vía de financiación para una ciudad que está casi intervenida por el Ministerio de Hacienda. Además es una manera efectiva para que todos colaboremos y donde la vigilancia ciudadana y la cohesión social se ven potencializados. 

Una vez, Medellín y Cali se disputaban el segundo lugar en la jerarquía urbana de Colombia. La primacía de Bogota es indiscutible y alejándose cada día mas. Hoy esa disputa esta resuelta a favor de los paisas. Medellín se embarco en una serie de proyectos que le cambiarían la cara a una de las ciudades más violentas de América Latina. Acuarios, Operaciones Urbanas Integrales, Metro y presidente le dieron a Medellín el segundo lugar indiscutido en el orden de las ciudades de Colombia. Ahora le toca a Cali ponerse serio y mostrarse como una ciudad y no un pueblo parroquial. Con una geografía excepcional, Cali no puede darse el lujo de volver a fallar. Y Cali somos todos los caleños.

 

1 comentario:

  1. Buenísimo Alejandro. Me alegra que no perdás por lo menos desde la distancia, el buen sentir por Cali.

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